Hace poco fui a ver un partido de balonmano entre el Academia Octavio y el Huesca, partido ganado por el Octavio 31-29.
El balonmano es un deporte que a no ser que te guste y que lo sigas, y a veces aún así, es muy complicado encontrar una noticia en el telediario o periódico. Lo poco que sale es relacionado con la Liga de Campeones y solo del FC Barcelona Intersport, Reale Ademar o BM Atlético, sin contar con que hay más equipos en la liga Asobal.

Es solo un ejemplo de deportes, que son iguales de importancia que el fútbol o el baloncesto; como el boxeo, la gimnasía rítmica, la natación, el rugby o el hockey hierba.
Cada uno los deportes citados anteriormente se siguen en un país o en una zona del territorio español donde hay una pequeña tradición con ese deporte.
Un ejemplo de ello es el Academia Octavio en Vigo, al igual que el Blusens Obradoiro (Baloncesto) en Santiago de Compostela. En el boxeo destacan como las grandes figuras los All Black de Nueva Zelanda, que van de negro por el luto anticipado a causa de la derrota del rival ante su equipo.
En la gimnasia rítmica, España consigue alguna medalla aunque no tanto como en la natación sincronizada, pero las grandes potencias en este caso son China y Rusia.
En la natación predominan sobre todo Estados Unidos. En esta especialidad España tiene algunos buenos nadadores como Rafa Muñoz o Javier Noriega. Desde aquí quiere recordar a Alex Charlesworth, campeón de España junior, que ha muerto en Olot con solo 16 años.

La conclusión es que todos los deportes son importantes y deberían tener el mismo reconocimiento, ya que no a todo el mundo le gusta el fútbol o el baloncesto.